El Espíritu Santo
Los luteranos creemos que:
- el Espíritu Santo es una persona del Dios Trino; no es una mera fuerza, poder o manifestación de Dios a disposición del creyente.
- es Él quien obra en la persona el nuevo nacimiento o regeneración, produciendo el arrepentimiento y la fe, por medio de la Palabra (sea ésta escrita, hablada o visible) y los sacramentos;
- el bautismo del Espíritu Santo que se promete en la Biblia ocurre en el momento de la regeneración, y no necesariamente se manifiesta de un modo extraordinario;
- el Espíritu Santo habita en el creyente, lo hace hijo de Dios y lo une a la familia de la fe (la iglesia); su permanencia le garantiza la salvación y su herencia en los cielos;
- santifica al creyente, consagrándolo y buscando su pleno desarrollo. Da un anticipo de lo que será y recibirá en el cielo.
- los frutos del Espíritu Santo (amor, paz, fe, gozo) son para todos los creyentes en general;
- además, el Espíritu Santo reparte particularment dones especiales, según su voluntad, para la edificación de la iglesia.
- la venida del Espíritu Santo inaugura los tiempos previos a la segunda venida de Jesucristo. El resucitará a los creyentes y los glorificará.
Referencias: Mateo 28:19; I Corintios 2:11,12; Juan 16:8-11, Juan 3:8; Romanos 8:15-17; Tito 3.5-7; Efesios 1: 13-14; 1 Tesalonicenses 4:7-8; Hechos 2:17; Romanos 8:11.