La muerte y el más allá.
Los luteranos sostenemos que:
- en el momento de la muerte el espíritu se separa del cuerpo;
- inmediatamente el espíritu va a su destino, sea cielo o infierno;
- el cuerpo, que en la muerte fue separado del alma, será resucitado el día en que Jesucristo regrese y se unirá nuevamente al alma;
- todos los hombres seremos juzgados por Jesucristo;
- por la gracia de Dios, todos los creyentes en Jesucristo recibiremos la vida eterna en el cielo, en cambio los no creyentes serán apartados de la presencia de Dios e irán a la condenación eterna.
- el espíritu de los muertos no puede tener comunicación con las personas que viven en la tierra;
- es inútil orar u ofrecer sacrificios por la salvación de los muertos;
- la palabra de Dios no enseña que exista un lugar o estado entre el cielo o infierno (Purgatorio), donde supuestamente se sufrirían castigos temporales, antes de poder entrar al cielo.
Referencias: Lucas 23:42-43; Filipenses 1:21-24; Eclesiastés 12:7; Juan 5:28, 29; Mateo 25:31-46; 1 Co. 3:11-15; Hebreos 9:27.