Sermón del 02 de Mayo

Sermón 5ª Semana de pascua

Juan 16.5-15

Aleluya ¡!!  Aleluya!!!   El Señor ha resucitado Aleluya!!

Paz para todos los que me escucháis en la distancia y que la Gracia del Espíritu repose en todos vosotros.

En el pasaje del Evangelio de hoy en Juan 16, vemos como principal protagonista a Jesús hablando con sus discípulos sobre una cuestión que iba a ser de gran importancia, no solo, para los discípulos sino de gran importancia para todos nosotros. Para empezar Jesús les dice que les deja, que se va.

¿Recordáis algún momento en vuestra vida cuando alguien a quien amas tuvo que alejarse? ¿Cómo te sentiste cuando te distes cuenta que se iba? Hoy hemos leído un pasaje de la Biblia cuando Jesús estaba explicando a sus discípulos que se iba a ir.

Los discípulos no se esperaban esto, podríamos decir que se quedaron sin poder reaccionar ante tal noticia.

La reacción de los discípulos fue un estado de preocupación. Se pusieron tristes. Después de haber conocido a Jesús, no podían pensar en un mundo sin Jesús. Ellos, pensando solo en las consecuencias que tendrá en su mundo, ni se preocupaban a donde iba Jesús, solo que no estaría con ellos.

Él se iba a ir con quien le envió, con el Padre. Ellos solo pensaban que se quedaban desamparados y estaban bloqueados por esa situación. Incluso Jesús acentúa que ni siquiera le preguntaron ¿A dónde vas? Y llama la atención porque si recordáis, en pasajes anteriores Pedro y Tomas le hacen preguntas semejantes. En Juan 13:36 Pedro le pregunta: Señor, ¿A dónde vas? Y en Juan 14:5 señala que Tomas le dijo: Señor, no sabemos a dónde vas, ¿Cómo pues, podemos saber el camino?

Pero ellos, en esta ocasión, estaban bloqueados, tenían sus corazones llenos de tristeza e incertidumbre. Jesús ya no iba a estar con ellos. No recordaban que Jesús ya les había dicho que les enviaría un consolador para que estuviera con ellos siempre. Juan 14:16. Pero a pesar de esa promesa ellos no lo entendieron. De ahí esa inseguridad y tristeza………, pensaban que se quedaban solos.

Aún no había llegado, en palabras de Jesús, ……. el Consolador, ¿A quién se refería Jesús?   ¿Debemos entender que el Consolador es alguien que únicamente su función es consolarnos de nuestros sufrimientos?   Es importante que entendamos lo que Jesús expresó utilizando la palabra consolador…la palabra viene del griego, la lengua que se empleó para escribir el Nuevo Testamento.

Pues bien, hermanos, la palabra consolador, no solo tiene un significado referente a consuelo o alivio de pena, también significa Consejero, Protector y Abogado.

Todos sabemos que, aquel Consolador que enviaría a sus discípulos y a todos nosotros, es el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo que fue, es y será el que hace comprender, por su Gracia, los misterios de la fe, incomprensibles a nuestro entendimiento natural.  Y les daría poder para hacer las mismas cosas que Jesús.

Podríamos hacer un símil actual, hablando de tecnología para entender esto. ¿Sabéis que es y cómo funciona un descodificador de tv?

Sabéis que cuando se emite una señal, utiliza un tipo de lenguaje abstracto que necesita algo que lo convierta en un código de lenguaje adecuado para nuestro entendimiento, para eso sirve un descodificador, para que el aparato de televisión nos proporcione correctamente imágenes y sonido entendibles a nuestros sentidos.

Algo así es cuando decimos que, a pesar del mensaje, aparentemente claro de Cristo, los discípulos no entendían que quería decir, les faltaba el descodificador, necesitaban la descodificación del lenguaje de la fe dada por el Espíritu Santo.

¿Cuántas veces hemos oído las palabras de Cristo hacia sus discípulos que estos no entendían? Por ejemplo, Cristo les anuncio que iba a morir y que al tercer día resucitaría, ¿Qué pasó?  Nadie esperaba la resurrección de Cristo, ese código no era entendido por los suyos.

Y estaban tristes por eso, no podían descodificar, no podían comprender, por sí solos, la Palabra de su Maestro.

Con todo su amor, Jesús, les dice que lo mejor para ellos es que Él se vaya y que pueda venir el Consolador, ese consolador que les hará llegar mediante la Gracia al entendimiento, a la comprensión, descodificándoles el mensaje de la fe.  Pentecostés será ese gran día. A los discípulos, primero y a todos los creyentes después para que el lenguaje con códigos de fe, sean entendidos por todo aquel que cree.

Hermanos… ¿Cuántas veces queremos entender las cosas basándonos en la razón? ¿Cuántos misterios divinos han sido malinterpretados por el hombre buscando una explicación racional? ¿Cómo explicaríamos racionalmente el Dios Trino, tres personas distintas en una esencia divina?

Juan, en el evangelio de hoy, toca muy profundamente y describe perfectamente al Dios Trino. Las tres personas diferenciadas, pero en una esencia Divina, en la lectura nos habla del Padre, nos habla del Espíritu, del Consolador, y por supuesto, aparte de ser el principal protagonista, se respira el aroma de la centralidad de Cristo, la huella que nos distingue a los cristianos.

El Espíritu Santo, también llamado, Espíritu de la verdad, nos va a hacer ver nuestro pecado, nos va a abrir los ojos y poder ver nuestras propias carencias y faltas para llevarnos al arrepentimiento. Y por consiguiente a su perdón por su infinito amor y misericordia.

El Consolador también nos va a recordar, para sosiego y paz en nuestros corazones, que en nuestro bautismo fuimos revestidos de Cristo, ¡¡¡Fuimos bautizados con el fuego del Espíritu, el agua ligada a la Palabra!!! Y ese fuego del Espíritu es el que nos va a mantener la llama de la fe, encendida.

Necesitamos que el Espíritu nos guie hacia Cristo, Él es el camino, la verdad y la vida. El Espíritu nos va a quitar la ceguera innata en nosotros para que podamos seguir los pasos del Maestro.

Jesús nos habla del Espíritu que mora en el creyente. Ese Espíritu que mora por medio del Bautismo en Cristo, por medio de la Cena del Señor y en la Revelación mediante la Escritura del amor de Dios y la Salvación en Jesucristo.

De esta manera el evangelio de Juan recalca la continua presencia del Espíritu Santo, que sostiene y consuela a los creyentes con el don de la Paz que da Cristo.

Leemos en Juan 14: 25-27 “Os he dicho estas cosas estando con vosotros.

Mas el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho.

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”

 

Nuestro Salvador se despide, no solo con un deseo de Paz, sino ¡¡¡dando Paz!!!

Esa Paz, que había sido prometida para el tiempo de la venida del Mesías…, no es solamente una ausencia de conflictos de todo tipo, sino es una Paz que nos aporta salud física y espiritual.

Esta paz de Cristo, que nos llega por medio del Espíritu Santo, también nos da la seguridad y la confianza, no sólo para vivir en este mundo, sino también para vencer al mundo, para proclamar el evangelio, para anunciar la noticia de que Cristo ha resucitado y que el perdón de los pecados que ha logrado…. es para el mundo entero.

 

 

Él fue a la cruz del calvario por nosotros. Él fue el que derramó su Sangre de purificación, Él fue el que nos dejó al consolador, al Espíritu de la verdad, para que nos acompañe siempre. También el Espíritu Santo nos revela que morimos y resucitamos en Cristo.

 

El Espíritu nos protege haciéndonos saber que el Mundo no es Justo, incluso que está atrapado en el peor de los pecados……. el ataque contra el Espíritu Santo y ante eso, no hay salvación.

Sabemos que cualquier pecado es perdonado por la obra de Cristo, pero blasfemar y atacar al consolador no es perdonable porque ataca directamente la fe en Él.

Mateo, Marcos y Lucas nos lo dicen en sus evangelios, por ejemplo, Lucas dice: “A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que me blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.”  El Espíritu nos enseñará que solo Cristo es Justo y que todo lo que el mundo adora, está condenado. El Espíritu nos convence de estas verdades para que ya no formemos parte del mundo, sino que seamos discípulos de Cristo.

Hermanos… sabemos que la Salvación viene por la fe, y es por el poder del Espíritu que hoy en día podemos creer, Él es el Ayudante del que Jesús nos habló. El Consolador. El Espíritu que obra en nosotros cada vez que escuchamos el mensaje del evangelio, cuando fuimos bautizados, cada vez que recibimos su Cuerpo y su Sangre en la Sagrada Comunión, cada vez que escuchamos esas palabras de perdón pronunciadas para cada uno de nosotros: “Yo te perdono todos tus pecados, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Ese mismo Espíritu es dado a nosotros para que podamos tener la certeza del perdón de Dios y las bendiciones de su paz.

 

Así podemos ver aquí, que tenemos una promesa segura de Paz. Él nos da su Paz. Recordad que es una Paz que nunca encontraremos en nosotros mismos, sino que sólo, por Gracia, el Señor Jesús puede dar. Es una Paz que nos da la garantía y la confianza para vivir en este mundo caótico y turbulento, compartiendo el mensaje del perdón y la Paz con Dios con confianza y valentía.

 

Así pues, no estar tristes hermanos como lo estuvieron los discípulos, vivamos con gozo al saber que tenemos al Consolador en continuo apoyo en nuestra lucha espiritual de justicia y pecado, con la absoluta certeza de la victoria asegurada.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, nuestro Consolador,

Amén.

 

Pastor José Luis

Categories SERMONES | Tags: | Posted on mayo 3, 2021

Social Networks: RSS Facebook Twitter Google del.icio.us Stumble Upon Digg Reddit

Responder

close window

Service Times & Directions

Weekend Masses in English

Saturday Morning: 8:00 am

Saturday Vigil: 4:30 pm

Sunday: 7:30 am, 9:00 am, 10:45 am,
12:30 pm, 5:30 pm

Weekend Masses In Español

Saturday Vigil: 6:15pm

Sunday: 9:00am, 7:15pm

Weekday Morning Masses

Monday, Tuesday, Thursday & Friday: 8:30 am

map
6654 Main Street
Wonderland, AK 45202
(513) 555-7856