Sermón del 24 de enero

La Transfiguración de Nuestro Señor

San Mateo 17:1-9

 

En el nombre del Padre, y del + Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

La Lección del Evangelio de hoy comienza con las palabras seis días después. Y cuando una lectura comienza con una frase como esta, siempre debemos hacer una pregunta que nos ayude a comprender el contexto. ¿Qué pasó seis días antes de la lección de hoy? ¿Seis días después de qué?

Bueno, en este contexto, fue seis días después de la gran confesión de Pedro: ¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente! Y seis días después de que Jesús profetizó que debía ser crucificado y resucitado de entre los muertos. Seis días después de un momento menos glorioso para San Pedro, cuando nuestro Señor le dijo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Y seis días después de que Jesús les dijera a sus discípulos, Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Seis días después de una intensa enseñanza de nuestro Señor.

Eso nos lleva a los eventos de la lección del Evangelio de hoy. Hoy celebramos la Transfiguración de Nuestro Señor. El momento en que Pedro, Jacobo y Juan vieron un destello de la naturaleza divina de Jesús. Jesús los condujo a un monte alto. Solo ellos cuatro. Pero entonces sucedió algo asombroso. Jesús se transfiguró ante sus ojos. ¡Resplandeció su rostro como el sol! ¡Y sus vestidos se hicieron blancos como la luz! ¡Qué cosa para ver!

Pero eso no es todo. Moisés y Elías, que representan la Ley y los Profetas de todos los tiempos, se unen a Jesús. Simplemente aparecen a su lado. Seguramente, con Jesús brillando como el sol, los discípulos recordaron los eventos de la Lección del Antiguo Testamento de hoy. Cuando el rostro de Moisés resplandecía después de estar en la presencia del Señor.

Sin embargo, esto fue diferente. Jesús no brillaba como el sol porque reflejaba la luz divina. Más bien, Jesús brillaba como el sol porque él es la fuente de luz divina. ¡Él mismo es la Luz del Mundo!

En el relato de la Transfiguración de San Lucas se nos dice exactamente de qué estaban hablando Jesús, Moisés y Elías. San Lucas escribe: Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. 

La palabra griega que realmente se usa, y traducida como partida, es una palabra griega con la que todos estamos familiarizados. El texto dice literalmente: …y hablaban de su éxodo, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. Y el éxodo que Jesús estaba a punto de lograr en Jerusalén es, por supuesto, su crucifixión, su resurrección y luego su ascensión.

A esto se refería Jesús seis días antes de comienza el Evangelio de hoy, cuando profetizó de su crucifixión y resurrección. Fue tan difícil para Pedro aceptar esta importante verdad que dijo a Jesús: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. La verdad es que sin la crucifixión y resurrección de Jesús, no hay salvación para nosotros.

Primero, Jesús debe sufrir la carga de llevar a la cruz los pecados de todo el mundo. Debía sufrir y morir para que puedas ser perdonado de todos tus pecados. ¡Sin embargo, después de su sufrimiento vendría la gloria! La muerte no pudo derrotar a Jesús, ¡sino que Jesús venció a la muerte! Fue resucitado de entre los muertos, para la gloria de Dios Padre. Primero sufrió Jesús, luego la gloria.

Es una tema constante de la Biblia. Primero sufrió y luego la gloria. Y lo mismo es cierto para cada uno de nosotros. Hoy, en este lado de la eternidad están el sufrimiento, y la cruz. No podemos tener la gloria que vendrá ahora. Vivimos en una cultura y sociedad donde la gratificación instantánea es la norma, la expectativa y la demanda. No queremos sufrir por nada, y rara vez vemos el beneficio que puede derivarse del sufrimiento.

Sin embargo, déjame preguntarte esto, cuando todo va realmente bien en tu vida, ¿con qué frecuencia oras? Si hoy tuvieras todo lo que pudieras desear y tuvieras una vida libre de todo sufrimiento, ¿sería eso algo bueno para tu fe? ¿Sería eso algo bueno para tu alma eterna? Si nunca tuviste alguna necesidad, ¿alguna vez buscarías en Dios algo?

Sin embargo, cuando algo sale mal en nuestras vidas, ¿no somos rápidos para arrodillarnos y orar a nuestro Dios? Cuando perdemos nuestro trabajo, cuando alguien a quien amamos muere, cuando sentimos que las cosas simplemente no pueden empeorar … En cuanto comenzamos a sufrir, ¿ese sufrimiento no nos impulsa a orar y comunicarnos con nuestro Señor? Entonces, ¿es el sufrimiento realmente siempre algo malo? ¿Es posible que el Señor nos permita sufrir de este lado de la eternidad para asegurarnos el recibir la gloria que nos espera en la vida venidera?

Podemos confiar y creer que el Señor nos permite sufrir ahora, a fin de fortalecer nuestra fe para asegurarnos de recibir los dones eternos que Él desea darnos. Siendo este el caso, podemos, como Pablo nos dice, nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. (Romanos 5:3-5)

Los que hemos sido bautizados, y hemos recibido el Espíritu Santo, nunca estamos sin esperanza. Porque nuestra esperanza está en la gloria que vendrá. La gloria que Jesús ya ha ganado para nosotros. Él ha prometido limpiar cada lágrima de tus ojos. Él ha ganado el perdón para ti. ¡El perdón, la vida y la salvación son tuyos, incluso en este momento ahora mismo!

Él te hace estar de pie como uno que es justo frente a tu Padre Celestial. Y lo verás cara a cara, y vivirás en su presencia para siempre. Esta es su promesa para ti. Y es ciertamente la verdad. Qué maravilloso y glorioso futuro tenemos que esperar.

En el nombre de + Jesús. Amén.

Categories SERMONES | Tags: | Posted on enero 25, 2021

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